martes, 13 de febrero de 2018

JOSEFINA, EMPERATRIZ DE FRANCIA. LA MAGICA BUENA SUERTE COMO LEY DE SU VIDA.

          JOSEFINA,  EMPERATRIZ DE  FRANCIA.
LA MAGICA BUENA SUERTE COMO LEY DE SU VIDA.

MATRIARCA DE LA REALEZA EUROPEA DEL SIGLO XXI.  Los descendientes de Josefina de Beauharnais.
  


Introducción.

Hay personajes que han tenido una vida visible en la historia porque han sido bendecidos  con  la Magia de la Buena Suerte  como compañera de vida.

A propósito relato una  anécdota con  el célebre Doctor surafricano,  Cristian Barnard, quien realizó la primera operación de trasplante de corazón en el mundo, que constituyó  un gran avance para la ciencia médica universal,  tuve ocasión de conocerlo en 1968, en la Universidad Central de Venezuela y al preguntarle las claves de su éxito, contestó: Habilidad, Oportunidad y Suerte. Tres simples palabras que en conjunto significan victoria, triunfo, éxito cuyo simbolismo observamos concurrentes en las biografías de personajes que dejaron huellas importantes  o de hechos trascendentales en la historia de la humanidad. 

  Así encontramos la  vida asombrosa de La Emperatriz Josefina, en la que vemos sucedieron momentos  casuales o causales con la constante de logros victoriosos.  Sobrevive en Martinica a un huracán  que destrozó la plantación de azúcar y se llevó el patrimonio familiar; se salva de una revuelta de los negros que faenaban en sus haciendas,  logrando abandonar la isla en una embarcación rumbo a Francia, casi  sin equipaje-   Está destinada a contraer   matrimonio con un noble francés,  al ser la sustituta de sus dos hermanas;  salva su vida de ser guillotinada, casi milagrosamente  en las cárceles del terror de Paris; luego de viuda impulsa la carrera  de su amigo Barras, hasta colocarlo  al frente del Directorio;  se casa con un desconocido, desaliñado y pobretón General, al que, por su influencia lo  sube en el Carro de Marte, conducido por la Victoria,  que la adoró y complacía  en todas sus fantasías de adquirir los más exquisitos muebles,   joyas o vestidos  elevándola  por sobre las reinas de Francia, la convierte en Emperatriz, coronándola con la Corona Carlomagno. En el famoso cuadro de David se  la representa  como  la  protagonista.

 Josefina  le otorga  a Napoleón  su Mágica Buena Suerte ,  que le duró hasta que decidió divorciarse de ella, comenzando entonces, el declive y ostracismo del Emperador, mientras ella se convierte hasta nuestros días en  matrona reverenciada, es la Buena Josefina para el pueblo  francés,  tuvo  a su lado al Zar de Rusia, Alejandro poco antes del último suspiro, Fue despedida por más de 20.000 personas en su entierro y la Buena Suerte la acompaña a  dos centurias de distancia al  haberse convertido, a través de sus hijos en  la matriarca de todas las casas reales europeas, pues  descienden de ella y las fastuosas reinas del siglo XXI han heredado sus esplendentes joyas que lucen orgullosas, ante la admiración de sus súbditos,  la selecta aristocracia  de sangre y riqueza  internacional.

 

  

Martinica, Familia.  Infancia.  Plantaciones de Azúcar.
 María, Josefina Rosa Tacher de la Pagerie Bonaparte,  nació el 23 de Junio de 1763,  en Les Trois-Elits,  Martinica, la” Perla de las Antillas”, una de las Islas de las Antillas Menores, al norte de Venezuela, en un Departamento de Ultramar de Francia.  Desde 1630. Pierre Belain d’Esmambre,  estableció la primera colonia francesa permanente en nombre de Luis XIII de Francia; en 1635, este  ancestro materno de Josefina se residencia en la isla.
 Era hija del Conde Josep-Gaspar de Tacher de la Pagerie  y de Rose-Claire des Verges de Sanois. Por parte del padre los Tacher provenían de la nobleza francesa, Joseph, padre de Josefina, llegó al Caribe huyendo de las presiones sociales de Francia. Para entonces las propiedades de la familia Verges de Samois, se calculaban en un valor cercano a las 60.000 libras francesas.  Las plantaciones de los Tacher, ubicadas  en la cima del desfiladero al sur de Martinica, era conocida como “la Pequeña Guinea”,  por el origen de la mayoría de los esclavos.
 Sus años de infancia y adolescencia, Josefina los pasó compartiendo una esmerada educación en el Colegio de monjas llamado Dames,  de la Providence en Fort-Royal, son muchas las leyendas y tradiciones que escuchaba de  los africanos que trabajaban las tierras de sus progenitores.
Josefina ya adulta, con frecuencia recordaba las extensas  plantaciones de azúcar  de 500 hectáreas de tierra  en que creció, el rio que corría por sus tierras,  las ceibas que rodeaban la hacienda, así como el pronóstico que le hizo una vieja hechicera, que en el futuro quedaría viuda, para luego ser reina. En ese momento la muchacha  sonrió  incrédula, ante el vaticinio, que luego se cumpliría
A pesar de que la plantación de caña era un negocio lucrativo, el huracán de 1766, dejó devastada la propiedad, se salvaron refugiándose en la parte superior de la casa, donde se encontraban las calderas, y la adicción del padre a los juegos de azar  hicieron que la familia tuviese dificultades económicas.   

.En Paris Desirée,  tía paterna de Josefina estaba casada con Francois, Vizconde de Beauharnais, en 1766,  al enfermar la salud de este, ella  hace arreglos para que la herencia quede en familia al comprometer en matrimonio a Chatherine-Desir¡ee, hermana mayor de  Josefina, con el hijo de Francois, Alejandro, joven de 17 años, Vizconde de Beauharnais, oficial de la Armada Francesa.
 Sin que lo sepa la tía Desirèe, la joven fallese  de tuberculosis, dos meses antes de la boda,  el 17 de octubre de 1777.   Para  complacer a la tía de París, se toma la decisión de enviar a Marette, la hermana menor, de tan solo 11 años, pero  enferma y es finalmente  Josefina,  de 14 años,  quien tiene que aceptar  ocupar el lugar de sus hermanas,  para honrar el compromiso matrimonial que sus padres habían establecido y desposarse con Alejandro, Vizconde de Beauharnais.  Este matrimonio  significaba gran beneficio para la familia isleña, pues era un joven  adinerado  y la situaba dentro de la  aristocracia  parisina.

Viaje a Francia  -   Primer Matrimonio.

En 1779, Josefina y su padre Josep partieron para Paris. La jovencita Josefina  causó buena impresión a la familia de su prometido, pese a que sus maneras provincianas,  aún no se habían adecuado a  los modales sofisticados de la aristocracia parisina. Alejandro recibió gustoso la llegada de la hermosa criolla a su vida. El matrimonio se realizó en París, el 13 de Diciembre de 1779.
Luego de los esponsales, Josefina tomó clases en los mejores colegios y profesores particulares de: etiqueta, literatura, escritura, para situarse cómodamente entre la nobleza de Francia. Muchas de ellas,  las recibió a petición de su esposo, un joven amante del lujo e intriga política, muy conectado con el círculo de personajes aristocráticos. Josefina se concentró en ser una esposa amorosa y entregada a su hogar. El 3 de septiembre de 1781,  dio a luz su primer hijo, un  varón que le dieron por nombre  Eugenè Rose y el 10 de abril de 1783,  nació su hija,   Hortense Eugenie Cècile.

Desavenencias conyugales.

Alejandro es un hombre que viaja constantemente, llevando una vida de infidelidades, derroche y poca responsabilidad con su familia.
En septiembre de 1783, Alejandro expulsa  a su esposa e hijos de la casa, se refugian en una Abadía para mujeres abandonadas por sus maridos. La rudeza y violencia de Alejandro es tal, que Josefina de 20 años, solicita a M’ Joron, Abogado del Rey y Comisionado de Chastelet, una Carta de  separación legal.
  Por esta querella conyugal conocemos la personalidad de Josefina en esta temprana época de su vida. El  padre del Abogado,  M’Joron, quien acompañó al hijo a visitar a su cliente, la describe como una “fascinante persona joven, una dama de distinción y elegancia, con estilo perfecto, una multitud de gracias y la más bella de las voces habladas”. Le aconsejan desistir de la acción del divorcio, especialmente por motivos económicos que desfavorecerían a sus dos hijos.  En la Abadía, Josefina aprendió  la sofisticación parisina de sus compañeras, además de habilidades sociales, la valentía para adiestrarse en el mundo de la política de Paris.

Viaje a Martinica -  Vuelta a Paris.

Poco tiempo después, se reconcilia con Alejandro, quedando este a pagar por la manutención de sus hijos, que nunca fue puntualmente. Volvió a Martinica  con su hija  Hortensia para arreglar asuntos económicos familiares.
En Noviembre de 1790 regresa a Paris, como  consecuencia de una revuelta de esclavos,  de la que tiene la suerte de escapar en un navío, apresuradamente, salvando su vida, aunque sin equipaje.  Vive en casa de Fanny de Beauharnais, tía de Alejandro y madrina de Hortensia. A pesar de llevar una vida de dificultades y miserias, Josefina viste elegantemente,  principalmente con los recursos provenientes de las posesiones caribeñas,  observa bellos modales  que admiran sus refinadas amistades.
En Septiembre de 1791, se mudó a casa de otra tía,  en Fontainebleu.  En noviembre se reúne con su esposo Alejandro,  en la Rue Saint – Dominique, la casa de la tía Fanny. El 15 de Marzo de 1792, fallece en Martinica su hermana menor, quedando ella como  la única hija sobreviviente de la familia y heredera universal de las posesiones de Martinica.

 Josefina Participa en Actividades Políticas - Ayuda a sus Amigos -  Reclusión en la Cárcel y Viudez.

Alejandro se convierte en un político apasionado de las nuevas ideas liberales, llegando a ser Presidente de la Asamblea Nacional.
En tiempos tan convulsos  y  cambiantes, fue el líder político más importante durante dos semanas. Ella empieza a  asistir a la Asamblea Nacional,  casi a diario.
 Josefina ve con gran preocupación como sus amigos, incluyendo a Armand de Montmirin, Ministro de Asuntos Exteriores, habían sido arrestados, por temor a que fuesen guillotinados, comenzó a abogar por ellos ante los Directivos de la Asamblea, incluyendo a Barras y Tallien.
En Agosto,  se mudaron a la población rural de Croisy, a orillas del Sena. En septiembre de 1792, Eugenio cumplió 11 años,  en medio de cañones, campanas e inseguridad. Paris está en guerra.
Antes,  en el Antiguo Régimen todos los  militares habían sido aristócratas, para el comienzo de la Revolución la mayoría de ellos huyeron del país, solo un pequeño número de cortesanos simpatizaba con las nuevas ideas, de modo que había pocos hombres en Francia con experiencia castrense para liderar las tropas en contra de Austria y  Prusia.   Alejandro fue uno de los que recibió una comisión de mando militar bajo las órdenes del General Bairon, fue ascendido a  Mariscal de Campo, Comandante Jefe de la Armada del Rinh, inclusive  fue nombrado Ministro de Guerra, cargo que no aceptó.  Perdió una batalla contra Prusia, acabando también, con  la confianza  depositada en él por los jacobinos,  cayendo en sospecha de traición a la patria. Su actuación, al principio se vio coronada por la victoria en la Campaña del Norte,  pero en Diciembre de 1792, las tropas  bajo  órdenes del General Custine fueron derrotadas  en Maguncia, razón por la cual este General fue decapitado.
 El 2 de Marzo de 1794, durante el reinado del terror, el Comité de Salvación Publica lo considera sospechoso,  Alejandro fue arrestado en Blois y llevado, primero al Palacio de Luxemburgo y luego al Convento de las Carmelitas, en  la cárcel tuvo amores con Delfine Custine, nuera de su antiguo jefe, estas cárceles de la Primera Republica estaban sobrepobladas, eran repugnantes y a diario se sacaban los presos para ser juzgados, que eran inmediatamente guillotinados.  Acusado de  haber defendido mal la ciudad de Mayemne en 1793,  siendo considerado “aristócrata sospechoso” fue condenado  a muerte el 23 de Julio, a solo 5 días de la caída de Robespuerre.
  El Comité de la Salvación Publica había puesto todo su empeño en mandar a la guillotina a cualquier personaje revestido de influjo aristocrático, era visto como “noble sospechoso”.
 A los pocos días de la detención de su marido,  el Comité de la Salvación Publica consideró que Josefina tenía vínculos en los círculos contrarrevolucionarios,   por lo que ordenó su arresto el 19 de Abril,   siendo  detenida en la Prisión de Carmes  hasta el 28 de Julio,  en plena época del terror. Allí afianza su amistad con  Teresa Cabarrùs, hija de un acaudalado  banquero español,   a  quien  Paris aclamará como su salvadora,  llamándola “Nuestra Señora del Thermidor”.
  Cuando Josefina  entró en la prisión  había 600 prisioneros, tres  meses después solo quedaban 200, todos los prisioneros que sacaban al Tribunal,  eran guillotinados. Estuvo a punto de morir, su  siempre buena estrella le salva la vida nuevamente, aunque  queda viuda de Alejandro,   a solo  5 días  del 9 del Thermidor (27 de julio),  fecha  en que ocurre la muerte de Robespierre,  recobrando su  libertad al día siguiente.
 Fue el mismo Tallien, Presidente de la Convención y amigo íntimo de Teresa,  quien firmó su  Carta de Liberación.  Ella nunca olvidará este momento y será siempre,  la protectora de Tallien,  habiéndole ordenado a sus hijos  velar por su salvador hasta el final de su vida, muchos años después. Al salir liberada se reúne con ellos, en casa de su cuñada Fanny.

Conexiones con Personajes del Gobierno,  la  Aristocracia, las  Finanzas y la Francmasonería – Los Salones de Paris.

 La recién viuda, una vez en libertad, buscó rehabilitar la maltrecha imagen de su marido y recuperar las  posesiones que el gobierno del terror le había incautado, para ello no reparó en frecuentar los ambientes más selectos de París, en los que dada su belleza e inteligencia pudo seducir a diferentes personajes, figuras políticas, como el propio Barras, que la hizo su amante oficial.
Josefina había establecido, igualmente,  a lo largo del tiempo  fuertes relaciones entre el liderazgo financiero y gubernamental: Louis Frèron, Enmanuel Josep Sieyes, Jean Baptiste Louvet de Couvray; Jean- Frederc Perregaux, Gabriel Julien  Ouvrardoy y muchos más que pertenecían a la Francmasonería.
 En esta etapa de viudez, parece inclusive que la relación con Paul Francois Jean Nicolas Barras, quien era en ese momento  la persona más influyente del Directorio que gobernaba a Francia, se volvió más cercana;  aún cuando se decía que era homosexual o quizá bisexual, pero también se piensa que la ayuda económica que le daba, que incluía la educación de sus hijos, era por la multitud de conexiones sociales que gozaba Josefina, en parte por su asociación con la francmasonería, de las que se beneficiaba Barras en su camino al Directorio.
La literatura la describe como una mujer de altura promedio, esbelta con buena figura, cabellos castaños y sedosos, ojos marrones, una tez morena amarillenta, su nariz pequeña y simétrica; con frecuencia era elogiada por su elegancia, estilo, voz baja, bellamente modulada. Ella utiliza su influencia para ayudar a sus conocidos en el exterior, que habían huido de  la Revolución o en la  época del terror, se habían convertido en  emigrantes  y  deseaban volver a Francia.

Napoleón Bounaparte frecuenta los Salones de Paris.

Napoleón era un tímido y delgado  General de 26 años,  que había llegado  a  Paris para alejarse de los  vínculos  de su amistad en Marsella, con Agustín, hermano de Maximiliano Robespierre.  Recibía solo media paga como militar y por ello consiguió un trabajo  en la Oficina de Topografía de París; frecuentaba los Salones de las familias oriundas de Córcega asentadas en la capital, como el  de  Madame Panaria Permon,  madre de la futura Duquesa de Abrantes, igualmente asistía a   los Salones de Madame Constat, de Julie, esposa del célebre  actor de la Comedia Francesa Talmà, punto de reunión de artistas,  como el incipiente pintor David, quien le diseñaba los trajes al actor .Este salón era frecuentado por  políticos girondinos,  amigos de la dueña de la mansión  y jacobinos amigos de su esposo.  El joven militar también asistía al Salón  más concurrido del momento,  como era el  de Madame, Teresa Tallien.
 A mediados del año de 1795, a través de las gestiones de su amigo Barras, le entregaron a Josefina,  la herencia de su esposo Alejandro,  ella en agosto alquila la casa de  Julie Carreau Talmà,  en la Rue Chantereine,  por 10.000 Libras al año, para el mes de octubre ya  está instalada en la misma.

Segundo Matrimonio con Napoleón Buonaparte.
Se cuentan varias versiones del  primer encuentro entre Josefina y Napoleón Bounaparte, pudo ser en casa de Julie Talma, o  lo más probable,  es que se conocieron entre Agosto y Septiembre en casa de Madame Teresa Tallien, su amiga que había conocido en la cárcel, a la que apodaron, también los franceses como “Madame Libertad”, siendo Josefina madrina de uno de sus hijos.
 Se dice que el mismo Barras los presentó, entonces Napoleón,  escribía su nombre Bounaparte, el Director era ávido  defensor del General corso,  juntos habían derrotado a principios de octubre una insurrección;  Josefina  tenía entonces, 32 años, 6 años mayor que él, que disimula,  para parecer más joven   con su refinada educación, belleza, charm, buen gusto, elegancia en el vestir, el saber actuar de ella,  con gestos deslumbrantes en las noches de Paris, cautivan  al General de 25 años.
Al final de ese mes de octubre,  Barras y otros 4 políticos habían sido elegidos Directores de Francia, Bounaparte tomó el puesto vacante de Barras, como General en Jefe de la Armada del Interior.
 Por ser extranjero, los Directores y otros gobernantes militares de Francia tenían limitada confianza en Bounaparte, por lo que Barras propuso que se buscara una esposa francesa y que de hacerlo, ganaría más la confianza de los   Directores,  a tal grado de asignarle el mando del ejército, algo que Napoleón anhelaba,  con el fin de liberar a su país del dominio de Austria.  El matrimonio le daría una sólida conexión francesa.
 Entre Noviembre y Diciembre, Napoleón comenzó a cortejar a Josefina como una mujer adinerada. La pareja tenía un pasado similar: ambos eran isleños: de Martinica, ella, de Córcega, él; habían nacido a tan solo meses después que Francia tomara posesión de Córcega; ambos nacieron de dulces y disciplinadas madres y de padres irresponsables.
Se comprometieron en Enero de 1796. Napoleón  le obsequia un  sencillo anillo de compromiso, porque no tenía mucho dinero, de oro decorado con un diamante y un zafiro de 16 milímetros, se lo regaló el 24 de Febrero, antes del matrimonio, también le regala  un “Medallón de Oro” en el que aparece la palabra “Destino”.
  Ella era conocida como Rosa, se casaron por lo Civil el 9 de Marzo de 1796. Se cuenta que al momento del Acto, el Notario le recomendó a Josefina, no hacerlo, pues iba a contraer nupcias con un General pobre, sin futuro, que no tenía que aportar al matrimonio más que el equipo militar. El Ministro de Guerra, le  hizo la misma recomendación, así como el Contador de Josefina. Por este motivo el Contrato Matrimonial estipula que se compartirán equitativamente, todos los gastos de vivienda y aún los gastos de boda. Él va a vivir a la casa de Josefina en la calle de Chantereine, que  luego será llamada Calle de la Victoria, en su honor.
Napoleón, comprar   esta casa  en 1798,  regalándosela e ingresando en el patrimonio personal de ella. En este palacete  vivirá, un tiempo después Hortensia con su esposo, Luis Bonaparte.
 Años más tarde, el 2 de Diciembre de 1804,  después de la ceremonia  de la coronación como Emperador de Francia, Napoleón,  llamará   al Notario que celebró su Enlace Civil,  para preguntarle; ¿Si todavía creé que no tengo, nada?
 El matrimonio auspiciado por  un complacido Barras,  como regalo de boda le entrega a Bonaparte, animado por Josefina, el mando de las tropas de Francia en Italia,  Napoleón se quita la U de su apellido italiano, Bounaparte cambiándolo por Bonaparte,  bien podría decirse que  inmediatamente que entra en la vida de la  ex criolla de Martinica,  es tocado  por la Buena Suerte de Josefina
 Dos días más tarde del enlace,  el flamante general partió para liderar el ejército francés en el frente italiano.
 El enamorado recién casado envía cartas inmensamente románticas a su esposa,  desde los campos de batalla, en una de las misivas le dice: “Me desperté lleno de ti, dulce e incomparable Josefina, que extraño efecto produces en mi corazón…”.
En febrero de 1797, le dirá: “…usted a quien la naturaleza ha dotado con espíritu, dulzura y belleza, la única que  puede mover y gobernar mi corazón,… usted que conoce pero tan bien el imperio absoluto que ejercéis  sobre él”.   
 Josefina irradió sobre Napoleón una beneficiosa influencia que le sirvió para impulsarle en sus inicios políticos y militares.  Comienza para él,   una era de victorias, regresando siempre triunfante de las campañas de Italia, Egipto,  produciéndose  su ascenso al Directorio, Consulado y años más tarde a coronarse como Emperador de los Franceses.

Josefina Admirada  por la Sociedad y Pueblo Francés. Remodelación de su Casa.  Encargo de  Nuevo Mobiliario.

A pesar de los rumores sobre sus devaneos sentimentales, Josefina se gana la admiración de la buena sociedad francesa. En estos años de ascenso de su marido, supo granjearse la amistad de los más débiles, prodigándose en actos caritativos con los desposeídos y necesitados, mientras fomentaba mecenazgos culturales, artísticos  y mejoras académicas francesas.  
Mientras Napoleón está conquistando vastos territorios para Francia,  ella se ocupa de  arreglar su casa de la Calle Chantereine, nombrada así, por el cantar de los sapos, que durante mucho tiempo se oyeron  a lo largo de la calle.
Remozó la mansión con la ayuda del gran ebanista Jacob y de los decoradores Le Grand y Molines.  La decoración  dicen  tuvo  un aire caribeño, combinado con la influencia greco – romana del Estilo del Directorio que gobernaba a Francia. A ella le agradaba la excelencia,   por ello  encargaba  los muebles a los mejores artesanos.  Uno de los ebanistas más famosos de la época, Jacob – Desmalter   asumió el taller familiar en 1796, empezando a crear los Muebles Estilo Imperio de formas geométricas, de madera de caoba  y líneas rectas, con el correr de los años tendrá más de 700 personas trabajando en sus talleres.
Adam Weisweiler era un ebanista alemán que se trasladó a Paris en 1778, abrió su taller en la ciudad, trabajando para los más importantes aristócratas y comerciantes,  especializándose en la fabricación de pequeños muebles de gran belleza, decorados con lacas, omolùs, bronces y placas de Sèvres.
Martin-Eloy Lignereux, era suegro de Jacob Desmalter y obtuvo reconocimiento oficial en varias exposiciones.
Bernard Molitor, trabajó en Paris para la Reina María Antonieta en Fontainebleu,  después de los años turbulentos del terror,  reabrió su taller, se especializaba en la fabricación de bureaux, secretaires y mesas. Destaca en la fabricación de sillones, algunos de ellos muy bellos con cabeza de grifos tallados.
Los arquitectos y diseñadores Charles Pergier y Pierre Francois Fontaine fundadores y exponentes del Estilo Neoclásico del Imperio, incorporaron los elementos de arte de la antigüedad en los diseños de sus obras,  realizadas en finas maderas  revestidas  con sedas suministradas por el fabricante Pernon,  de Lyon.
En este  mobiliario se encuentran obras construidas y decoradas por quienes eran considerados los mejores ebanistas, broncistas y orfebres de la época en el mundo: George Jacob y su hijo Georges II, Jean Baptiste Claude de Odiot, será  del agrado de Josefina como Emperatriz y Pierre Philippe Thormire,  con su refinado gusto acompañaran las distintas etapas del paso de ella   por la historia y el desarrollo del gran arte del Imperio.
 Todos ellos serán los exponentes de una nueva era, la del Imperio de Napoleón, en los palacios oficiales y en las mansiones de la nueva aristocracia.
Napoleón satisfacía todos los deseos de su esposa, se quejaba de que gastaba en exceso, ella siempre,  todo lo que fuera bueno y de buen gusto, lo adquiría. Los muebles de esta residencia de la Calle Chantereine,  costaron la cantidad de 120.000 francos, suma importante para la época, a Bonaparte  le pareció un gasto descomunal, pero terminó pagándolos.
Partes de este lujoso mobiliario fue trasladado el 11 de noviembre de 1799,  al Palacio de Luxemburgo, cuando se mudaron los egregios dueños, posteriormente pasaran al Palacio de las Tullerias, donde se conservan actualmente como Patrimonio Nacional  Francés.

Vida de Josefina  en los Palacios de Francia.

 Las antiguas residencias reales, ahora son habitadas por los nuevos huéspedes, la familia Bonaparte,  hay que redecorar sus espacios, se atesoran muebles estilo imperio, completando  los ambientes con objetos de bronce y porcelana, que fueron los materiales más usados en el arte decorativo de ese periodo.
Se encarga una magnifica platería Imperio al joyero Biennais en 1802, realizada con el monograma de Napoleón y Josefina. Convirtiéndose entonces,  en uno de sus orfebres y proveedores  favoritos, junto a Henrry Auguste.

El Arte de la Joyería  Renace con el Directorio y el Imperio.

   Hay que dotar a Josefina,  la nueva inquilina de los Palacios Reales de  joyas adecuadas,  que serán realizadas en oro, platino, diamantes, tsavoritas, turmalinas, rubíes, esmeraldas y demás gemas preciosas.
Al aproximarse la Coronación en 1804, Napoleón desea que la Ceremonia este revestida de la máxima suntuosidad y opulencia;  a los 18 Mariscales de Francia, les entregó dinero y ordenó que encargaran las más bellas joyas para sus esposas,  quienes  debían lucir  radiantes durante la Ceremonia de la Coronación, así como también,  en las recepciones oficiales de la corte que recién se inauguraba.
Pensando en el gran día  todos los diamantistas, joyeros y orfebres de Francia se pusieron en movimiento, unos asistiendo los requerimientos del futuro Emperador, de su esposa la Emperatriz  y de la familia imperial,  otros para satisfacer a los Mariscales y demás personalidades invitadas a la ceremonia.
 Para  el tocador de la Emperatriz, el diamantista Marquerite hizo una Diadema, Corona  y varias prendas preciosas.  Biennais le fabrica “La Corona del Silencio”.

Pierre Philippe Thomire, orfebre y broncista francés, gran exponente de la época del Imperio, realizó los Juegos de Tocador de Josefina.
 El nacimiento de la Casa Chaumet en 1780,  se produce en paralelo a la gloria de Napoleón, Maeir – Etienne Ninot, fundador de la firma, supo exponer al Emperador unas joyas imponentes, difundidas con la creación del mito Napoleónico. Se convirtió en el Joyero Oficial del Emperador, creando La Espada Imperial, las Diademas y las Alhajas de la Emperatriz Josefina que usará en las recepciones de la Corte. Se incorporan las Abejas, como símbolo de la realeza napoleónica.
Al Joyero Ninot, el Príncipe Camilo  Borghese le encarga  realizar un espectacular  juego de joyería  con  24 Camafeos antiguos,  para su esposa la Princesa Paulina Bonaparte,  constante de peine para moño, diadema cinta más protocolaria,  combinada con un ancho broche que hace las veces de cinturón;  comenzando así, a  usarse los camafeos como moda  de las damas en la nueva corte francesa

Las Joyas de la Coronación

Napoleón requiere al orfebre y francmasón Martin-Guillarme Biennais, para  remozar la Corona  de Carlomagno  con 7 Camafeos Antiguos,  que usará en  la Coronación,  la Emperatriz Josefina, algunos historiadores han estudiado la magia del número 7 en esta singular Corona: es la cifra sagrada de los Templarios, de las 7 Palabras de Cristo, cifra de la maestría sobre la materia, del iniciado que ha alcanzado la perfección, la creación concluida en 7 días, el 7 en la baraja del Tarot es representado por el Carro de Osiris, representa también,  el triunfo de la Luz sobre las Tinieblas.
 Fueron utilizados 4 tipos de oro,  simbolizando la encarnación del espíritu sobre la materia. Es la Diadema de los Magos. La Diadema de los Sabios, el de la materia investida de vida. Era un fetiche al que consideraba Josefina su verdadero Talismán. En tan magna ocasión, Josefina uso como base para la Corona de Carlomagno, una Diadema con 7 grandes amatistas,  simbolizando  protección y   trasmutación de las malas energías. Así puede apreciarse en el famoso cuadro de Jacques – Louis  David: “La Coronación de Napoleón”, que si se observa detenidamente,   representa la Coronación de la Emperatriz Josefina por su esposo el Emperador,  ya Coronado.
Napoleón ha escogido para tan trascendental Acto, una sencilla “Corona de Oro con Laureles”, realizada en el precioso metal áureo,   al  estilo de los Emperadores Romanos.
Josefina será Coronada por él,  con la” Corona de Carlomagno”, restaurada.

Coronación de Josefina como  Emperatriz de Francia.

El 2 de Diciembre de 1804, la gracia majestuosa de la Emperatriz impresiona a los cortesanos. El deslumbrante atuendo de la consagración la rejuvenece 20 años, gracias a la obra de peinadores y modistas, luce un vestido de satén blanco con abejas de oro bordadas y salpicadas de diamantes, los cabellos recogidos en una rodete y rizados, como en los tiempos de Luis XIV, sostienen una diadema de amatistas, tras ella se extiende el manto imperial rojo y oro. Comentan que se la creería nacida en un trono, a tal punto son naturales sus gestos. Sonriente disfruta las delicias del éxito, pues ha sabido vencer las muchas resistencias, superar intrigas, desbaratar maquinaciones, hasta de su familia política.
Al entrar en Notre Dame, la personalidad misma de Josefina provoca un movimiento general de admiración. Despliega tanta gracia, camina también hacia el trono, se arrodilla de una manera tan elegante, que satisface todas las miradas.
Napoleón se ciñe la corona de Hojas de Laurel, luego desciende las gradas del altar, avanza hacia su querida esposa, con quien ha contraído matrimonio eclesiástico, a petición del Papa Pio VII, el día anterior,  en ceremonia privada realizada en la Capilla Real del Palacio de las Tullerias.  Acto seguido, Josefina se arrodilla ante él,   le ciñe en las sienes  la corona con sus propias manos. La Emperatriz se levanta para subir al trono, casi es arrastrada hacia atrás, por el peso de terciopelos y armiños de su vestido y capa. El Papa, bendice al Emperador y estalla el Vivat Imperator in Actertum.
 Josefina alcanza la cumbre, cuando Napoleón Bonaparte se coronó Emperador en la Catedral de Notre Dame en Paris y la corona como Emperatriz de Francia..
 Josefina Rosa Tascher de la Pagerie, cuando subió  al trono imperial, recordará la buena fortuna que le vaticinaron en su infancia,  se reía diciendo,  “que una buena mujer en Martinica, se lo había  pronosticado”.
Al momento de la Coronación como Emperatriz, es elevada por encima de las Reinas de Francia, pues a excepción de María de Medici, ninguna de ellas,  recibió unción de la consagración.   




Josefina Emperatriz de Francia -  Mecenas de Artistas  -  Coleccionista de Arte.

Desde el 18 del Brumario, la ex-nobleza,  adula en los salones palaciegos a Josefina.
Ella residió solo reside periodos intermitentes en las Tullerias y Saint- Cloud, sus dos principales moradas, algunas veces pasaba temporadas en los alrededores de Paris: Ramboulliet y Fontainebleau, especialmente durante el otoño de 1807 y 1809, estadías que cuentan entre las más brillantes del Imperio.  Se acondiciona el Palacio del Eliseo para recibir a sus Majestades, aunque es demasiado pequeño. Cuando comienza el buen tiempo, se traslada a Malmaison, su adorada residencia de campo, sin embargo es en las Residencias Oficiales donde su vida cuotidiana aparece reglamentada por la severa etiqueta, prescrita por el Emperador. Josefina asiste a funciones teatrales, en ciertas  ocasiones  pronunciaba cortos discursos públicos.

 Tanto en Las Tullerias como en Saint- Cloud, los aposentos del Emperador y la Emperatriz se dividían en dos partes, bien diferenciadas: el primer aposento o aposento de honor, tiene carácter oficial y solo sirve para ceremonias públicas. Se compone de una antecámara, de un primer salón, de un segundo salón de la Emperatriz, del comedor y de una sala  de música. El segundo o apartamento interior, comprende el dormitorio, la biblioteca, el tocador; el saloncito privado y el baño.
En estos lugares es que ocurre la vida privada de Josefina. Ella considera a Malmaison, como su propiedad particular y buscaba reunir en  la misma todas las obras de arte inimaginables. Las colecciones de Josefina, son por demás eclécticas. Junto a objetos etnográficos, se ven esculturas, pinturas y antigüedades. Desde la época del Consulado, las ciudades conquistadas por su esposo la colman de obsequios y le envían objetos valiosos y curiosidades de todo tipo: cuadros, muebles, telas, porcelanas, mármoles.
Josefina siente verdadera atracción por la escultura de su época y muy especialmente por el maestro Antonio  Canova, considerado como el mejor escultor europeo desde Bernini,  del que posee 5 obras. Pero no se olvida en sus pedidos de los grandes escultores franceses: Cartellier, Chaudet, Bosio. Ella ama en especial, las obras graciosas y femeninas de pronunciado carácter sentimental. Es Mecena de jóvenes promesas de las bellas artes, recurre con frecuencia a los mismos artistas para que le  ejecuten  sus retratos y  los de miembros de su familia.
La colección de estatuas antiguas, es de primerísima calidad. Posee además, bronces, mosaicos y una serie inigualable de vasos griegos. Sus cuadros son considerables y se encuentran repartidos en las galerías de Malmaison, en los Castillos de Navarra, en Normandía y en Pregrym,  en Suiza.
La  elección de obras contemporáneas refleja mejor sus gustos en pintura, antes que los maestros de la antigüedad, los cuales admira más por convencionalismo,  que por gusto verdadero.
Josefina concedió un trato privilegiado a sus pintores, escultores y joyeros favoritos,  supo rodearlos de todas las consideraciones debido a su talento.


Guardarropa y Tocador de la Emperatriz Josefina.

Napoleón al regresar de sus viajes le trae los más variados regalos, en una oportunidad  obsequia a la Emperatriz Josefina, una pieza  pashimina procedente de  Cachemira,  obsequio del Sultán Selinem III,  elaborada con lana de las cabras que están en las montañas de esa región, tejida y bordada a mano según técnicos y procedimientos del siglo XV. De esta forma el Emperador introdujo esta lana en occidente e hizo famosa a Cachemira.
Sus gastos se estimaban en un Millón de Francos, equivalentes a $200.000 dólares pagados anuales por la Tesorería Publica. Las mayores extravagancias eran sus caros vestidos, chales, sombreros, zapatos, adicionados a las sedas, plumas, joyas, perfumes y variadas curiosidades que acostumbraba usar en eventos o apariciones públicas,  en los Palacios de las Tullerias, Saint-Cloud y Fonteneibleu, así como en la Malmaison, el Elysèe y Rambouillet.
Josefina también viaja al exterior: Estrasburgo, Maguncia, Badem, Wurtemberg y al Reino de Italia,  llevando su elegancia y distinción.
El Emperador, algunas veces, visitaba el tocador de la Josefina  y le indicaba el vestido y las alhajas que debía llevar. En el libro titulado “Vida Privada de la Emperatriz Josefina”, proveniente de las Memorias de la Señora Avrillon, Camarera de la Emperatriz, dice que”Josefina tenia hermosos diamantes, un soberbio aderezo de perlas finas, con diadema a juego, magníficos aderezos de rubíes,  esmeraldas, ópalos, turquesas de antigua roca, zafiros de oriente, eran aderezados completos,  de los más hermosos que pueden verse. Además, había muchos collares de perlas, espigas de diamantes, bello aderezo de Camafeos Antiguos de crisocal guarnecidos de brillantes. Un Ópalo de color rojo fuego, considerado el más bonito de los ópalos nobles, que desapareció de forma misteriosa. El Ópalo  tiene más poderes, que el resto de las prendas,  pues ayuda en la consolidación del Amor”.
Francois-Honorè-Jacob- Desmalter, principal proveedor del Mobiliario Imperial entregó en 1809, su precioso encargo,  el guardajoyas destinado a la gran alcoba de la Emperatriz Josefina en el Palacio de las Tullerias.  El Armario de Joyas en un Bastidor de Roble, enchapado de tejo de las islas,  amaranto, nácar y bronce dorado, es un mueble de aspecto imponente diseñado por el Arquitecto Charles Percier, está adornado con numerosos bronces, al centro hay una representación de”El Nacimiento de la Reina de la Tierra,  a quien los Amores y las Diosas acuden para aportar sus Ofrendas”, .realizado  por P-PH Thomire,  según diseño del escultor Chaudet.
Napoleón gobierna la guerra pero a su vez organiza suntuosos bailes,- Hermosos Fossin -, se materializan diferentes formas de joyas: hojas de hiedra, pensamientos, corazones, no me olvides. En las Tullerias, las guirnaldas de perlas, se arremolinan alrededor de brazos y cuellos de las más bellas, serpientes de brillantes, lazos de rubíes. Después del baile, el festín del siglo está servido en cubiertos de plata. Chaumet,  también orfebre, se entusiasma con los camafeos que lucen Paulina y Josefina y la joyería de los Camafeos,  se hace más popular en el Imperio. Los corazones coronados de osas, las joyas con retratos y las sortijas de doble engaste. A las 17 horas los Salones evocan aires asiáticos, perfumes fabulosos y conversaciones exquisitas alrededor de una taza de Té.
Zafiros de Cachemira, Esmeraldas de Colombia, Rubíes y Brillantes de Suráfrica adornan  en  las elegantes damas. La técnica del tamaño se perfecciona. El arte se vuelve más grande en las coronas de los reyes y reinas. La familia Bonaparte transformada en Familia Imperial, asume el papel de Embajadora de la Política y el Arte Francés, llevándolo al resto de Europa.  Todas las cortes  están encantadas. Chaunet,  es el proveedor de las Casas Imperiales y Reales y de  grandes linajes,  desde hace más de dos siglos.

Divorcio  y Vida en Su Castillo de Malmaison.
Josefina no puede dar un heredero  al Emperador y este,  en 1809 decide abandonarla y buscarse una nueva esposa que le dé su anhelado hijo legítimo,  para que le suceda en el imperio que ha creado, la elegida es la Princesa María Luisa de Austria.
Al comienzo  de 1910, el 10 de enero  se concreta el divorcio, fue el primero bajo el Código Civil francés o Código Napoleón. Josefina pasa a vivir en el Castillo de Malmaison, a las afueras de Paris,  que junto al Palacio El Elisèe,  en la ciudad de Paris y la finca de Navarra como casa de campo vacacional  le quedan de su exclusivo uso y  propiedad, con una renta de 2 Millones de Francos al año,   para sufragar sus gastos personales
Luego del divorcio, la Emperatriz se quedó con la mayor parte de las joyas que recibió de Napoleón, que luego legaría a sus dos hijos y  descendencia.
 El Emperador aunque se quejaba, terminaba pagando la totalidad de los gastos de la Emperatriz en Malmaison. Ella, porque le gustaba  lo bueno, gastaba en exceso, compraba  todo lo que veía que fuera bello y valioso.
Josefina  se dedica a cuidar sus jardines y  coleccionar flores exóticas, pinturas románticas, momias y otros objetos refinados  que le había traído Napoleón de sus viajes. El intendente de los famosos jardines es el Señor Amadeo ( Aimé) Bompland, sabio y amigo íntimo del Barón Humboldt, a quien acompaño durante su famoso viaje por América del Sur, visitando  gran parte deVenezuela.   Josefina  comenzó a tener plantas exquisitas con el asesoramiento de Bompland  para llenar los invernaderos,  llegando a pagar hasta 12.000 reales por una cebolla en flor. Ella  siente una nueva  gran pasión,  que  hizo se dedicase seriamente a la Botánica y no tardó en saber el nombre de las plantas, su clase, género y especies. Una rosa fue nombrada “Castillo de Malmaison” y sus 650 rosales “Souvenir de Malmaison”. Bajo su tutela nace y se hace famoso el pintor Pierre- Joseph Redoute, especialista en cuadros de jardinería y rosales.  
El Zar Alejandro de Rusia, la admira y visita poco antes de su muerte.    
La Emperatriz Josefina fallece el 29 de Mayo de 1814, a consecuencia de un catarro mal cuidado, mientras Napoleón estaba confinado a la Isla de Elba.
Dicen que las últimas palabras que pronunció fueron: “Yo nunca provoqué una sola lagrima”.
 Muere elogiada por los franceses  en el ocaso de su vida, quienes la llaman l”bonne Josephine, “La Buena Josefina”, y así la recuerda el pueblo de Francia.  20.000 parisinos la acompañaron a su última morada,  en la Iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil- Malmaison.  Su hija Hortencia, será enterrada junto a ella, muchos años después.  La tumba está hecha de mármol de Carrara, traído desde Italia, representa a la Emperatriz arrodillada, en la misma postura del cuadro de David, “La Coronación de Napoleón”, es una obra realizada por Pierre Cartellier.
Napoleón supo de su muerte en la Isla de Elba, le dijo a un amigo: “Verdaderamente amé a mi  Josefina, pero no la respeté”. Luego de la derrota de Waterloo, se alojó en Malmaison, hasta decidir qué haría, antes de su derrota final.  Los historiadores comentan que, ”como muestra del amor que lo unió con la Emperatriz”, o bien podríamos decir, buscando su protectora “Buena Suerte”. Sus últimas palabras en Santa Helena, fueron: “Francia, el Ejercito y Josefina”.

Títulos que recibió Josefina.
Vizcondesa de Beauharnais,  por su matrimonio con el Vizconde Alejandro de Beauharnais
El Senado de Francia, el 18 de mayo de 1804 la saluda con el Titulo de Emperatriz..
Su Majestad Imperial, Josefina, Emperatriz de los Franceses. Al ser coronada el 2 de Noviembre de 1804 en la Iglesia de Notre Dame en Paris, hasta el10 de Enero de 1810.
 Era llamada, Su Grandeza Real, Emperatriz Josefina, Duquesa de Navarra. Luego del Divorcio. Desde el 11 de Enero de 1810, hasta su fallecimiento el 29 de Mayo de 1814.

LOS DESENDIENTES DE LA EMPERATRIZ JOSEFINA. MATRIARCA DE LAS CASAS REALES DE EUROPA DEL SIGLO XXI.

El gran amor de Napoleón fue Josefina de Beauharnais, hijos en común no tuvieron, ella era estéril cuando se casó con Napoleón, aunque guardó  el secreto por muchos años.  El Emperador adoptó a los de ella, como propios, a Eugenio lo toma como Hijo Adoptivo, el 6 de Enero de 1806, pero no le otorga sucesión.
 Josefina en la tarea de posicionar bien a sus hijos demostró más talento que su esposo.
  Napoleón casó a Hortensia Beauharmais,  con su hermano Luis Bonaparte, el 4 de enero de 1802.  El 5 de junio de 1806, los designó como Luis I,  Rey de Holanda y  Hortensia, Reina de Holanda, posteriormente le otorgo el titulo de Conde de Saint- Leu,  El matrimonio tuvo 3 hijos que fueron Príncipes Reales de Holanda, Napoleón Luis Bonaparte, ascendió al trono como el Rey Luis II de Holanda.
En 1844, luego de la muerte de su hermano mayor José, fue visto por los bonapartistas, como Emperador de los Franceses. Su hijo Carlos Luis Napoleón Bonaparte,  nieto de Josefina,  ascendió al Trono de Francia,  como Napoleón III, fue  Presidente de la Segunda República Francesa y luego Emperador, casado con la española Eugenia de Montijo, siendo el último monarca de este país galo. Su único hijo murió  en África, sin dejar descendencia, por ello no pueden ser hoy, monarcas simbólicos de Francia.
Al hijo de  la Emperatriz Josefina, Eugenio Beauhamais,  le fueron otorgados diversas dignidades: en 1804, Su Alteza Imperial, Príncipe de Francia, en 1805, Virrey de Italia, en 1807, Príncipe de Venecia, Duque de Lenchtenberg, en 1810, Heredero del Gran Ducado de Frankfurt; contrajo matrimonio  con una Princesa de sangre real, hija de Maximiliano I,   Rey de Baviera, la Princesa Augusta de Baviera.  De este enlace nacieron 7  hijos que no perdieron su condición aristocrática con la caída de Napoleón y  se emparentaron  con las principales  dinastías reales existentes.
La  Princesa, Josefina Lenchtenberg, hija mayor del Duque Eugenio de Beauharnais,  nieta de Josefina,  contrajo matrimonio con el Rey Oscar I de Suecia y de Noruega, primogénito  del antiguo General Bernardotte,  que accedió al trono en 1.818, como Carlos XIV Juan  de Suecia y Carlos III Juan  de Noruega  y la Reina Desideria de Suecia y Noruega,  que fuera  prometida de Napoleón en Marsella, Desirèe Clary.  La Reina Josefina de Suecia y Noruega,  llevó consigo al contraer enlace con el Príncipe Heredero Oscar, espectaculares joyas, heredadas de su abuela, la Emperatriz, Josefina, elaboradas en las prestigiosas joyerías de Paris.
Por ello Josefina  es ancestro directo de los actuales soberanos de los países nórdicos,  cuyas reinas, actualmente,   con orgullo  y  gran estima lucen sus joyas de incalculable valor,  en Actos Protocolares, joyería  que ha pasado a formar parte del Patrimonio Nacional de Dinamarca, Suecia y Noruega.
El segundo hijo del Príncipe Eugenio y la Princesa Augusta de Baviera, el Príncipe Augusto Carlos Eugenio  Napoleón  de Beauharmais se casó con la Reina María de Portugal.
La tercera hija del Príncipe Eugenio, Princesa Amelia Augusta Eugenia Napoleona de Beauharmais, se casó con Pedro I de Brasil. Fue Emperatriz consorte de Brasil.
La cuarta hija, Princesa Teolinda Napoleona  de Beauchernais caso dos veces con nobles alemanes, y un hijo de ella, con la princesa Florestina de Mónaco.
El hijo menor, Maximiliano Joseph Eugenio Napoleón de Beauharmais, contrajo nupcias con la Gran Duquesa María Nikolayavna, hija mayor del Zar Nicolas de Rusia.  Al morir Maximiliano, a sus hijos se les otorgó el Titulo de Príncipes Romanovsky, con tratamiento de Alteza Imperial y fueron incluidos en la Casa Imperial de Rusia.
 Su hijo Jorge, tuvo una hija, María, que fue la madre del Príncipe Maximiliano de Badén, Canciller de Alemania, durante la Primera Guerra Mundial y enemigo de Francia.
Con tan significativos matrimonios los descendientes de Josefina  por su hijo Eugenio de Beauharmais, aseguraron puestos importantes dentro de las monarquías, por años o siglos.
La Emperatriz Josefina  es pues  ascendente directa  de las Casas Reales Reinantes  de Bélgica, Suecia, Dinamarca, Noruega,   Luxemburgo, Liechtenstein y Mónaco y de las Casas reales no reinantes de Grecia, Rusia, Portugal,  Prusia, etc.
.


 Legado de la  Joyería Histórica de Josefina  a las Cortes de Europa.

Josefina también recibió, usó y trasladó a su descendencia joyas históricas.
Catalina de Medici, esposa y madre de Reyes de Francia, heredó valiosas joyas, uno de los más preciados tesoros fue un magnifico collar de perlas de dos vueltas con siete enormes perlas colgantes, regalo de bodas de su tío  el Papa Clemente VII. La Reina de Francia le obsequió  esta joya a su nuera María Estuardo;  cuando Isabel I de Inglaterra ordeno ejecutarla y se apoderó de  algunas de sus  joyas, María Estuardo envió el collar, nuevamente a Francia. Se sabía que la preciosa gema había atravesado el Canal de la Mancha, pero no fue visto en público durante tres siglos, hasta que adornó el cuello de la Emperatriz Josefina, como se puede apreciar en alguna pintura. El collar pasó a manos de su nieta Josefina de Leuchfenberg, Reina de Suecia y Noruega. Igualmente pertenecen a la Casa Real  sueca, la Corona y Juego  de Amatistas de la Coronación  y las Joyas de Camafeos, entre otras, que son usadas por la actual Reina Silvia  de Suecia y la Princesa Heredera Victoria de Suecia.

El Joyero Imperial francés Baptist,  en 1804,  le confecciona  a Josefina, una Tiara Neoclásica de Diamantes y Esmeraldas, representadas por volutas y madreselvas. Esta tiara es heredada por su hijo Eugenio, que se la regala a su hija Amelia, casada con Pedro I de Brasil. La Emperatriz Amelia legará,   gran parte de sus joyas,  a su hermana la Reina Josefina de Suecia y Noruega, quien se había trasladado, a tan lejanas tierras, para cuidarla,  en su enfermedad.  Hoy estas valiosas alhajas  de  esmeraldas  pertenecen a la Casa Real de Noruega y son las preferidas de la actual  Reina Sonia.

La Casa Real de Dinamarca también tiene  sublimes joyas de la Emperatriz Josefina, que luce espléndidamente la Reina Margarita, así como también,    las Joyas  de la Coronación  encargadas por el General Bernadotte,  que  su esposa Desiree las  luciera en Notre Dame,  en tan memorable ocasión,   hoy  luce  el maravilloso juego de rubíes y brillantes la Princesa Heredera Mary, esposa del Príncipe Heredero Federico.
Igualmente, las reinas de la Casa Real de Holanda han lucido  algunas de las esplendentes joyas que Josefina destinó  como herencia para su hija Hortensia Beauhammais, Reina de Holanda y que hoy vemos adornan  a la Reina Máxima de Holanda.        

Conclusiones.

El más grande sueño de Napoleón Bonaparte, aparte de apoderarse de Europa, fue tener un hijo que  heredara el Imperio que había logrado conquistar con su  triunfante ejército. Sin embarga la suerte no lo acompañó,  esta fue aliada de la Emperatriz  Josefina, solo el Emperador sirvió  de  instrumento por el cual obtuvieron la grandeza, hasta hoy,  la descendencia de los  hijos de Josefina.  

La Suerte fue compañera de Josefina durante su vida y la continua acompañando en el transcurso del tiempo.

La suerte se le revelo para que se convirtiera en esposa del Visconde Alejandro de Beauharnais, quien había sido prometido, anteriormente  a sus dos hermanas.

La suerte la acompaño para no ser juzgada junto a su esposo, 5 días antes del 9 del Thermidor, (27 de julio), cuando fue decretada su excarcelación  en Carta de Liberación,  firmada por  Tallien.

La suerte la acompaña para casarse con el joven y desaliñado General Napoleón Buonaparte, por intervención de Barras.

Su recurrente  suerte,  la extiende al joven General  Bonaparte, a dos días del matrimonio, le entregan las tropas francesas,  para comenzar la  Campaña de Italia, de donde regresa triunfante a la casa de Josefina  de la Rue Chatereine, a la que luego  bautizan como Calle de la Victoria.

Tiene la suerte de ser coronada con la histórica  Corona, restaurada,  de Carlomagno, en la Catedral de  Notre Dame, mientras Napoleón usa una corona nueva, realizada en oro con motivos de laurel, según el estilo de los Emperadores Romanos.

La suerte está con ella, al ser la protagonista en el gran cuadro del pintor David, que se conoce con el nombre de “La Coronación de Napoleón”, cuando en realidad es la Coronación de Josefina, el cuadro revela cómo fue que la coronó Napoleón, porque el Emperador se observa ya coronado.

Su suerte acompaña las Victorias de Napoleón hasta el divorcio,  en 1810, entonces comienza a declinar la estrella del Emperador, su prisión en la Isla de Elba, luego la Batalla de Waterloo, el 19 de junio de 1815, Josefina había fallecido, un año antes en 1814.

Su suerte la transmitió  a sus hijos, Hortencia y Eugenio, que se extiende en el tiempo  a través de su descendencia y  la convirtieron en gran madre de todas las Dinastías Reales  que sobreviven en la Europa del siglo XXI.  Siendo ascendiente de las Casas Reales Reinantes de: Bélgica, Holanda, Suecia, Dinamarca, Noruega, Grecia, Liechehtein, Luxemburgo y Mónaco.

Actualmente, cuando se reúne la realeza nórdica en grandes ceremonias con  las demás  casas reales  europeas  y las reinas y princesas usan  en su testas coronas, adornándose con las históricas  joyas,  la presencia etérica  de la Emperatriz Josefina está presente.

Paris  ha recordado  a  Josefina, con todo esplendor en el Bicentenario de su Fallecimiento, el 29 de Mayo de 2014.


Paris recuerda a la Emperatriz Josefina con motivo de conmemorarse el Bicentenario de su Fallecimiento.

Hasta el 29 de Junio de 2014, se pudo visitar en el Museo de Luxemburgo de París, la exposición sobre la Emperatriz Josefina, con motivo de celebrarse los 200 años de su muerte.

Dijo la Curadora de la Exposición Celine Meurnier y una de las responsables de la exposición sobre la figura de Josefina: “Mujer interesante  en muchos aspectos, ser consorte fue lo que le dio su  trascendencia, marcó un estilo en Europa, durante décadas por  su apoyo a la industria francesa de la seda y el bordado, su pasión por la botánica y la decoración, además por tener criterio, que es una cualidad poco común y no demasiado valorada. Pensar por cuenta propia, no suele ser muy conveniente.

… El rol de Josefina era el de representar al Imperio y a la industria francesa. Compró y encargó, vestidos, chales, zapatos, convirtiéndose en una modelo y las mujeres, tanto de Francia, como en el extranjero, trataban de imitarla. Tenía muchas joyas suntuosas, fabricadas con todas las piedras preciosas: topacios, rubíes, zafiros, esmeraldas, perlas, etc. Josefina, no hizo más que llenar el  lugar que le correspondió como Emperatriz”.

La muestra ofreció una imagen muy moderna de Josefina, moderna en el sentido de mujer independiente y adelantada a la época, amante de los viajes, el arte y la música.
Esta exposición fue organizada por la Reunión de los Museos Nacionales Franceses: el Gran Palais en colaboración con los Castillos de Malmaison y Bois

Ana Lucina  García Maldonado.

Caracas, Junio de 2014.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario